Si la máquina del
tiempo existiera, podríamos ver a Celia o a Elisa, junto con sus compañeras de
fábrica, caminando por las calles de Nueva York a fines del invierno de 1857.
Era una época en la que cada vez más mujeres se incorporaban a la producción,
especialmente en la rama textil, donde eran mayoría absoluta. Pero las
extenuantes jornadas de más de 12 horas a cambio de salarios miserables
sublevaron a las obreras de una fábrica textil neoyorquina que salieron a
reclamar por sus derechos. Era el 8 de marzo y las manifestantes fueron
atacadas por la policía.
Pero
no fue la primera ni la última vez que las obreras textiles se movilizaban.
Medio siglo más tarde, en marzo de 1908, 15.000 obreras marcharon por la
misma ciudad al grito de “¡Pan y rosas!“,
sintetizando en esta consigna sus demandas por aumento de salario y por mejores
condiciones de vida. Y, al año siguiente – también
en marzo -, mas de 140 mujeres jóvenes
murieron calcinadas en la fábrica textil donde trabajaban encerradas en
condiciones inhumanas.
Siete años más
tarde, cuando se conmemoraba este día en Rusia – febrero de 1917, para el
calendario ortodoxo -, las obreras textiles tomaron las calles reclamando “Pan,
paz y libertad”, marcando así el inicio de la más grande revolución del siglo
XX, que desembocara en la toma del poder por la clase obrera, en el mes de
octubre del mismo año.
Clara
Zetkin (1857-1933) fue dirigente del Partido Socialdemócrata Alemán y
organizadora de su sección femenina. Fundó el periódico “La Igualdad”, que se
transformó en uno de los canales de expresión más importante de las mujeres
socialistas de su época. Combatió contra la dirección de su partido cuando ésta
se alineó con la burguesía nacional votando los créditos de guerra en la Iº
Guerra Mundial
Pan, rosas,
estatización y control obrero
Lentamente, y a
medida que el feminismo ha ido cobrando fuerza en todo el mundo, el Día de la
Mujer ha ido perdiendo su carácter obrero, pasando a ser una jornada de lucha
en la que se reclaman los derechos de todas las mujeres en todos los ámbitos.
Año tras año, miles
de mujeres salen a las calles de todo el mundo para demandar nuevos derechos,
defender los ya conquistados y luchar contra aquellas leyes que las discriminen
o que rechacen el principio de igualdad de sexos y de oportunidades.
En numerosos
lugares del mundo las mujeres siguen demandando derechos básicos como acceder a
la educación, la cultura, el trabajo o la política. Las mujeres expresan hoy su
voluntad de participar en condiciones de igualdad en sectores en los que
tradicionalmente su participación ha sido minoritaria. En la imagen, dos
mujeres del pueblo somalí.
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