En 1930 se alzó, junto
con otros militares, contra el presidente Augusto B. Leguía y fue elegido por
un grupo de los insurrectos, como presidente provisional el 27 de marzo de
1930. Sin embargo, su elección no fue aceptada por los otros caudillos
militares.
Al año siguiente
convocó a elecciones, dejando el poder en manos de monseñor Mariano Holguín,
jefe de la iglesia católica peruana, el 1 de marzo de 1931.
Esto fue aprovechado
por el general Ricardo Leoncio Elías Arias, quien depuso a Mariano Holguín y
ejerció el cargo por cuatro días, siendo igualmente defenestrado por el general
Gustavo Jiménez, quien tuvo el cargo por cinco días.
Jiménez dejó el cargo
en manos del viejo y respetado político montonero, David Samanéz Ocampo y
Sobrino, quien finalmente pacíficó el país y convocó a elecciones, las que ganó
Sánchez Cerro en una cuestionada elección.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario