En la medianoche del 17 de
julio el zar junto a los integrantes de la familia fueron llevados al sótano de
la Casa Ipátiev donde fueron fusilados, junto a algunos sirvientes cercanos, e
incluso un médico leal. El pretexto era que se los iba a tomar una fotografía
antes de partir; o se los iba a trasladar. Nicolás II colocó al heredero en sus
rodillas mientras tomaba asiento junto a la zarina, las hijas se sentaron atrás
y los sirvientes y el médico a los costados, de pie. Pasaron unos instantes y
repentinamente entró Yákov Yurovski con revólver en mano y 17 soldados armados
con fusiles a la bayoneta.Cuando Yákov Yurovski levanta el revólver y declara
al zar que "el pueblo ruso" lo ha condenado a muerte, el zar alcanza
a balbucear: -" que?"- y le dispara casi a quemarropa. El zar cae
instantáneamente muerto, la zarina se alcanza a incorporar haciendo la señal de
la cruz y gritando, es muerta de un disparo en plena boca por Yurovski y
seguidamente los fusileros realizan una descarga cerrada al resto de la
familia. Las hijas, que llevaban corsés apretados y además en su interior
estaban cargados con joyas, no mueren inmediatamente y son rematadas a la
bayoneta. Anastasia, que se había desmayado cuando comenzaron los disparos,
recuperó la conciencia y fue muerta a golpe de culatas de los fusiles y por los
bayonetazos realizados por Ermakov.El zarévich sobrevivió a la primera descarga
y fue muerto por Yurovski en el remate de moribundos disparándole dos veces a
la altura del oído. Una de las sirvientas que no recibió la primera descarga es
perseguida dentro de la habitación y asesinada a bayonetazos, e incluso la mascota
es muerta de un disparo. El zar murió con 50 años recién cumplidos. Este
episodio daba fin a la dinastía Romanov y con éste, el régimen zarista. Posteriormente
los cuerpos son llevados en camiones y depositados en una mina abandonada. Al
día siguiente, Yurovski, temiendo que el rumor sobre el fusilamiento indujera a
recuperar los cuerpos, ordenó su traslado y destrucción de los cadáveres por
fuego y ácido y arrojarlos a piques de otras excavaciones, ubicadas 12 km fuera
de la ciudad, en la mina que se llama "los cuatro hermanos".
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