A finales del siglo XIX en la frontera entre Colombia y Perú,
empezó la fiebre del caucho en el Amazonas y con ella la masacre de cientos de
indios y nativos por parte de los dueños de esos fondos gomeros quienes los
utilizaron como esclavos y los torturaron sin piedad.El sistema de acopio
consistía en la recolección del caucho en la selva y tras diez días los
indígenas debían regresar a los barracones con catorce kilos de látex. Si el
volumen del caucho no alcanzaba el peso exigido, los indígenas eran castigados
a latigazos y se les cortaban sus tendones, en algunas ocasiones eran
fusilados.Cuando las flagelaciones superaban los cientos, los dejaban en el cepo
donde las heridas se pudrían en sus nalgas y los gusanos empezaban a infestar
la carne muerta. Las modalidades de tortura se extendían a mutilaciones de
“orejas, piernas, dedos, brazos” e incluso se realizaban castraciones y el
famoso “tiro al blanco”, un siniestro ritual durante los denominados “Sábados
de Gloria”.
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